El rito

Doy saltitos tras Akili, mi amiga del alma y el resto de mujeres Mandinga Hoy, Sharik mi hermana  mayor cumple 13 años y ya recibió su primera sangre. Para celebrarlo,
nos dirigimos a la hues (casa) de Kesia,la curandera. No lejos, el eco de tam-tams agoniza con el crujir de pasos. Enseguida, divisamos la figura menguante de Kesia aguar dándonos. Formamos un pasillo por donde naa (mamá) y la abuela precedidas por Sharik avanzan hacía la anciana, la saludan y entran en el interior de la hues. Las demás esperamos expectantes.
Al cabo de un rato naa aparece y un conjunto de alaridos la recibe. Se sitúa frente a mí, me ofrece la mano. Ven conmigo - dice. Estrecho la suya y nos encaminamos dentro. Continúan afuera los agudos alaridos. Dentro encuentro la mirada cabizbaja de Sharik, kesia de espaldas ocupada. Naa y la abuela rodeándome, guiándome me tienden delicadamente sobre un jergón de paja. En la opaca estancia, descubro el filo reluciente del cuchillo.
Prende en mí la oscuridad.

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