El pañuelo

Te aproximas con sumo sigilo y tiras del pañuelo que rodea mi cintura, deshaces el nudo de la distancia a la vez que giro como una peonza alrededor de su eje hasta situarme frente a tí.
El pañuelo lo arrojas al suelo en una suave caída y retiras la camisa hacia atrás, descubriendo primero un hombro, sin quitarme ojo, soplas la zona que se eriza ante aquella sugerente  brisa y con una mano rodeas el talle.
Entre tu boca y la mía no hay frontera, eso pensaba hasta que parpadee y tu figura se desdibujó ante el fulgor dorado
Si fuera tu geisha.....



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