Voyage

De todas las incursiones realizadas esta es la más compleja - admito descendiendo por un terreno rasurado, antaño frondoso.
Un ooh! , espontáneo nace de ti.
Me introduzco en una gruta.
Tanteo el interior en vano. Nada.
Retrocedo despistado. La empresa íntima resulta desconcertante.
Me desplazo alrededor, no lejos descubro un par de tiernas rugosidades que a mi alcance cobran vida a juzgar por el cierre de los ojos como sobresale tu colmillo o te muerdes el labio inferior.
La providencia está de mi parte, lo presiento. Abro, retiro pliegues.
Oculto, agazapado tras varios intentos, capturo el escurridizo fruto, exigente y sensible según el guión.
Lo complazco, lo estimuló, lo doy cariño al tiempo que noto el estremecimiento al final del servicio.
Tangible el edén. Mmmmh!

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