Nadie tuvo permiso

Nunca pedí un vestido con cuello de nido de abeja,
ni que me perforaran las orejas,
Nunca pedí la Nancy a Los Reyes, ni grandes lazos en el cabello.
Nunca quise jugar a la goma,
ni aguardar a ninguna rana, camuflada de principe.
Sólo quise un excalestric y que me llamarán Víctor.
A punto de explotar, desahogo mi vejiga, observo la ausencia del miembro viril.Entonces, repican en mí, los ecos de aquel episodio, la lluvia de calificativos conque me bautizan mis compañeros de futbito mientras me soban de arriba a abajo. 
Afrodita ! - exclama uno.
Semental ! - puntualiza otro.
Nenaza ! Sin polla, tetas ni coño
- añade un tercero, provocando la carcajada general.
El cabecilla me introduce la cabeza dentro de la taza, los otros me inmovilizan pese a los intentos por quitarmelos de encima. Cierro los ojos, la boca para evitar la panorámica de heces y orina a escasos centímetros......
Cuando termino de orinar frente al espejo, encuentro un ser de piel delicada, lampiño. Los pelos del sobaco como único signo del cambio hormonal. Retiro con sumo cuidado la venda que oprime y oculta las mamas.
Apenas un vago repunte bajo la holgada camiseta. 
Una silenciosa lágrima humedece las mejillas.






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